Re – cuerdos. – Cap 1. Patatas

By   June 21, 2014

¿Que cómo llegué aquí? Bueno, todo empezó como empiezan las cosas más tontas: con una promesa.

Prometí que volvería. Poco podía imaginar yo por aquel entonces que más que una promesa era una mentira.

No puedo contarte las cosas tal y como fueron, puedo contarte las cosas tal y como yo las viví, y tampoco puedo estar seguro de eso, porque la mayor parte de las cosas que ocurrieron aún no puedo asegurar que ocurrieran de verdad. Hace mucho, mucho tiempo que no confío en lo que ven mis ojos. Hacerlo me llevaría a la locura. Así que te contaré lo que recuerdo, tal y como lo recuerdo, y espero no confundirte demasiado ni asustarte en exceso. Pero la verdad es que los recuerdos mezclados con el color ocre de la vejez se vuelven trémulos y mezquinos, pero por algún extraño motivo, son siempre el lugar seguro en el que creemos que podremos sobrevivir. Aunque eso también sea una mentira.

El principio de todo fue lo que llamaremos “mi primera vida”. Mi primera vida era aburrida, era lenta, era sosa, era absurda. Una existencia mínima sin ningún sobresalto, en la que el día más importante era cuando llegaba a través del bosque un animal foráneo. Ese era mi mundo, y ahí estaba yo, un veinteañero que vestía piel cruda y comía patatas. Patatas crudas, patatas chips, patatas cada día. Durante casi siete años. Cuando vi por primera vez la luz del sol me cegó con tanta intensidad que me dolieron los ojos durante días. Mi primer recuerdo tiene que ver con un pueblo lleno de edificios y gente.

Un montón de animales a mi alrededor, el olor de la comida en las barbacoas, el frío metido en el cuerpo, los árboles y el silencio.

Lo que más recuerdo es el silencio. Tanta gente, ocupada en sus cosas y tantos animales corriendo de arriba a abajo, y sin embargo, tantísimo silencio.

Pasé dos o tres días hecho un ovillo bajo un árbol, recogiendo mis piernas entre mis brazos, temblando de frío y asustado. Vi a algunos animales precipitarse contra alguna de esas personas silenciosas que trabajaban sin descanso y cada vez que eso pasaba yo me achicaba un poco más intentando ocultarme. De haberme golpeado en ese momento quien sabe que podrían haberme hecho.

Un día como si nada, como si fuese lo más normal del mundo, alguien me dijo hola. Me preguntó mi nombre, que por supuesto yo no recordaba. Me dio un escudo, me dio algo de ropa, y me dio patatas. En ese momento caí en la cuenta, llevaba varios días sin comer nada. Me dijeron que debía leer las leyes. Y eso fue todo. Toda conversación terminó ahí. Después sólo silencio de nuevo. Años y años de silencio en los que yo, cogía patatas, secaba patatas y comía patatas.

Tal y como dije, mi primera vida era aburrida. Pero pensándolo ahora, sabiendo lo que sé, habiendo visto lo que he visto, recordando lo que recuerdo, no me importaría que mi primera vida hubiese sido mi única vida.

Aunque de ser así no tendría nada que contarte. En fin, poco sabía yo que entre patata y patata llegaría mi segunda vida.